sábado, 31 de julio de 2010

Ante la perspectiva de la paternidad

Unas de las primeras imágenes de horror que captaron mi atención y sedimentaron en mi conciencia se las debo a los cromos de La pandilla basura. Revisándolos recuerdo con sorprendente intensidad las sensaciones que me provocaban. Eran graciosos, desternillantes, violentos y exageradamente repulsivos y crueles. Esos niños mofletudos, que sufrían infinitos tipos de mutaciones y degradaciones, de mutilaciones y deformidades, estaban, sin embargo, siempre contentos y/o con un gesto sardónico; se encontraban, hasta cierto punto, a gusto con su condición. A gusto con la idea de generar asco, grima y aversión en quienes se atrevieran a contemplarlos. Eran criaturas pútridamente felices, y orgullosamente viciosas. He aquí una selección de aquellas que más me impactaron, aquellas que rememoro más vívidamente a juzgar por las sensaciones que me provocan al verlas de nuevo:












































La fuente de inspiración de estas ilustraciones se encuentra en las famosas Muñecas Repollo (Cabbage Patch Kids), que se convirtieron en un fenómeno febril y absolutamente desbocado, como demuestra este vídeo.

 

La pandilla basura (Garbage Pail Kids) era el reverso atroz de esas muñecas. Jugaba a deformarlas, a desfigurarlas, a trocarlas en pesadilla, horror y angustia, a darles unas cuantas vueltas de tuerca más, prácticamente sin límite en su brutalidad y truculencia.

Su forma y las situaciones en las que se encuentran representadas siguen siendo subversivas, desafiantes y, en cierta manera, vengativas; vengativas para con los padres de esos posibles niños. Porque son imágenes que exceden la mera advertencia, el consejo de un amigo o la recomendación médica, son la razón por la que alguien no debería tener hijos. Son imágenes que susurran a los oídos de los futuribles padres: "¡Mira qué asco de hijo te puede salir! Son monstruos, pueden ser el horror personificado; piénsatelo dos veces. Recuerda, un niño puede ser tu peor pesadilla."

Pienso, además, que estas imágenes deben de ser unas de las primeras que alimentaron mi humor negro, el cual trato de mejorar diariamente. Porque, al fin y al cabo, ¿qué es el horror sin un poquito de humor negro?

Podéis recordar muchos más cromos aquí o viendo el álbum original. Asimismo, dejo a vuestra disposición la adaptación a la pequeña pantalla: la introducción y un capítulo de la serie de animación, que yo no recuerdo para nada y que ignoro si llegó a España; y la adaptación a la gran pantalla aquí abajo, por cortesía de Jack Shadow, de la que tampoco me acuerdo pero sí tengo conciencia de que la hicieran, incluso puede ser que la viera.





3 comentarios:

  1. genial!!! a veces se me habían pasado por la cabeza pero nunca los había buscado

    y menuda joya basura de película!

    ResponderEliminar
  2. Vacaciones de agosto, ajetreo alcoholizado y viajes a deshora: un cóctel anti-actualización. Se agradece el interés, pronto llegarán nuevos asuntos.

    ResponderEliminar